Los lebreles solían
ser perros de la aristocracia.
Hoy son la raza más
maltratada en España.
Los lebreles solían
ser perros de la aristocracia.
Hoy son la raza más
maltratada en España.
L os lebreles tienen una rica historia, con orígenes que se remontan a Oriente Próximo, así como a una región más amplia que abarca el norte de África y la zona egipcia. En Oriente Próximo se desarrollaron y valoraron varias razas de lebreles, siendo el saluki una de las más antiguas y famosas. El aprecio por los lebreles es evidente en los registros históricos de la época y en el arte de la antigua Mesopotamia.
En las paredes de las tumbas del antiguo Egipto hay representaciones de perros parecidos a los lebreles, probablemente lebreles faraónicos descendientes de la raza saluki. Los lebreles eran muy apreciados por la realeza y la aristocracia como símbolos de estatus y compañeros de caza. Diferentes culturas y regiones practicaron la cría selectiva. De ahí la diversidad de características de razas de lebreles como el greyhound, el whippet, el lebrel afgano, el borzoi, el saluki, el azawakh, el podenco ibicenco, el lobero irlandés, el lebrel escocés y el galgo español.
Durante la Edad Media y el Renacimiento, la nobleza española prefería la raza Galgo Español por su excepcional velocidad, agilidad y agudeza visual. En estos periodos aumentó la popularidad y la importancia de la caza como pasatiempo y deporte. En la Edad Media, el galgo gozaba de gran prestigio y se utilizaba para cazar liebres, ciervos y jabalíes. La nobleza española organizaba elaboradas cacerías como muestra de su riqueza y poder.
El Renacimiento, con su énfasis en las actividades culturales e intelectuales, celebró la belleza de la raza galga en obras de arte y tapices que reflejaban su condición de símbolo de nobleza y gracia. Las representaciones a menudo mostraban a los galgos junto a sus nobles dueños mientras participaban en cacerías o actividades de ocio. Un pasatiempo muy popular en esta época era la caza de liebres, en la que los perros perseguían a éstas pequeñas presas a campo abierto.
Por desgracia, en tiempos más recientes, la raza ha caído en desgracia en España. Los galgos suelen ser víctimas de abusos y maltratos a manos de sus dueños cazadores.
L os lebreles son conocidos por su excepcional vista, que les permite divisar y perseguir a sus presas desde grandes distancias. En apariencia, el galgo se parece mucho al greyhound; tiene la misma silueta clásica del lebrel con algunas variaciones menores. Son perros con una altura media de entre 60-70cm y un peso aproximado de entre 18-27kg; cada perro puede variar mucho dentro de este rango. Su pelaje suele ser corto y liso, con la misma variedad de colores y dibujos que los greyhounds. Un pequeño porcentaje de galgos tiene un pelaje áspero. La cabeza es estrecha, con un hocico largo y afilado; las orejas están colocadas en lo alto de la cabeza y pueden doblarse hacia atrás o estar erguidas; los grandes ojos son muy expresivos. El cuello tiene una curva elegante y las patas y la cola son largas y delgadas. Los galgos están hechos para la velocidad, la agilidad y la resistencia, con una columna vertebral flexible y un pecho profundo para acomodar el corazón y los pulmones.
El temperamento del galgo es sensible y apacible por naturaleza; puede ser tímido y puede requerir paciencia y un trato suave. Suelen ser buenos con los niños y otros perros, tras una socialización adecuada. Aunque son perros muy atléticos (algunos son excelentes saltadores), sus necesidades de ejercicio son moderadas: paseos regulares, carreras rápidas (para descargar energía) en un entorno vallado seguro y estimulación mental suelen ser suficientes. Deben mantenerse en un entorno seguro y cerrado, debido a su increíble velocidad y capacidad de salto. Los galgos requieren un aseo mínimo, prosperan en un entorno afectuoso y de apoyo, pueden ser muy cariñosos y crean fuertes vínculos con sus dueños.
Los galgos son animales resistentes y adaptables; con su gracia y temperamento apacible, se están convirtiendo en mascotas populares en todo el mundo.
Su maltrato en España sigue siendo un problema importante. Merecen ser tratados con cuidado y respeto y responden a la amabilidad con un afecto leal.
A unque galgos y greyhounds están estrechamente emparentados, son dos razas distintas con sutiles diferencias. Los galgos son originarios de España; en general, se cree que los greyhounds proceden del norte de África.
Los galgos tienden a tener un cuerpo ligeramente más estrecho y una espalda más arqueada que los greyhounds, más musculosos. Los greyhounds (hasta 76cm en el hombro y hasta 40kg) son ligeramente más grandes en general que los galgos. Hay una variación significativa de tamaño en ambas razas, que tienen pelaje corto, aunque un pequeño porcentaje de galgos tiene un pelaje áspero. Los greyhounds se han utilizado tanto para carreras como para coursing, mientras que los galgos se crían para la caza de liebres en España.
El nivel de energía de ambas razas se considera moderado: son atletas y algunos también saltadores consumados. La musculatura de las dos razas difiere: los greyhounds tienen músculos gruesos y redondos de velocistas (esprínter); en cambio los galgos tienen la musculatura plana y larga ideal para corredores de resistencia, por lo que más resistentes a la fatiga. Como cazadores de lebreles, los miembros de cualquiera de las dos razas pueden tener un fuerte instinto de presa. Al igual que el greyhound, el galgo se cría para la caza menor. Sin embargo, el galgo se ha desarrollado para cazar durante tramos más largos, lo que lo convierte en un velocista de mayor distancia.
A la hora de jugar, los greyhounds tienen tendencia a la carrera competitiva. Es importante que, cuando se presenten lebreles que no estén familiarizados entre sí, lleven puestos sus cómodos bozales.
Tanto los galgos como los greyhounds son sensibles y tienen un carácter apacible. Los galgos pueden ser algo más tímidos y apocados, aunque se vinculan afectuosamente con sus dueños.
Al considerar cualquiera de estas razas, se recomienda pasar tiempo con su posible mascota para comprender y apreciar sus necesidades y su personalidad.
Ven a caminar conmigo
Por valles de musgo y acedera
Telarañas cosquilleando tu nariz trufada, por senderos que nadie ha cruzado.
Ven a sentarte conmigo junto al faro.
Las gaviotas pasan volando.
Tus suaves orejas se menean con el viento.
La brisa es tan fuerte que arrastra mi »Te amo« hasta el sol.
Ven a descansar conmigo en nuestra playa favorita.
La puesta de sol convierte el aire en melocotones y rosas.
Borrando la línea entre el océano y el cielo con un pincel sedoso.
Acurrúcate a mi lado y observa cómo el atardecer enciende un dosel de estrellas.
Sé mi mejor amigo y yo seré el tuyo.
Convirtiendo maravillosas aventuras en recuerdos de amor.
Nota importante:
Esta obra de arte fue creada en zonas seguras. No se recomienda llevar al perro sin correa.
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